El día D, mi experiencia.
Domingo, es el gran día, voy a correr el Maratón de Boston. He dormido bien y me siento descansado. Me ducho, me visto y salgo a por el metro para llegar al punto de salida. Empieza mi maratón de Boston 2010
Que nervios cuando faltaba 10 minutos antes de la salida , empezamos a salir, en los primeros metros ya nos encontramos los corredores de ritmo más lento de la ola que había salido antes. Es bastante difícil correr a ritmo entre tantas personas y tener que ir sorteando a corredores durante todo el maratón. Los primeros 3 kilómetros se hace muy difícil poder correr con tanta gente. A pesar de disponer calles anchas, hay mucha gente que se acumula a ritmos lentos.
Los 10 km finales
A partir del km 30, miro el reloj y veo que, pese a ir por debajo del tiempo para marcar 4h al final de carrera, no se ajustan al tiempo previsto en la chuleta de tiempo de paso. Entonces, decido cambiar la estrategia y adecuar el tiempo de paso a millas y no en km. Para ajustarlo aprieto el ritmo progresivamente, lo que me cuesta perder alguna unidad del grupo. Pero acabo ajustando el tiempo en las millas.
La última parte del recorrido apenas tiene desnivel y se disfruta mucho porque está lleno de público animando. Allí freno algo el ritmo para disfrutar de la meta, ya que llevábamos algo de ventaja sobre el tiempo previsto para bajar de las 4 horas. Y dejo a los corredores que me seguían que aceleren el ritmo y disfruto del momento. Yo me recreo para disfrutar de un momento tan mágico y voy chocando las manos con el público asistente, así como agradeciéndoles sus ánimos.
Cruzo la meta con 3 horas 48 minutos 54 segundos, dentro del tiempo previsto. Son momentos que no se pagan con dinero, ver las caras de felicidad de los otros corredores que he cumplido el objetivo.